Los representantes del sector aseguran que la violencia contra buses y empresas de transporte en Lima y Callao está fuera de control. Extorsiones, ataques e incluso unidades incendiadas forman parte de un escenario que, según advierten, el Ejecutivo no ha logrado contener.

“Esa preocupación la siente toda la familia de los transportistas”, recordó Ricardo Pareja, de la Cámara de Transporte Urbano, tras la visita de Jeri al terminal de Santa Clara. El presidente interino prometió reforzar la seguridad, pero los gremios consideran que los anuncios no alcanzan.

Pareja afirmó que “el transportista trabaja preocupado, tensionado”, reflejando la frustración del sector ante políticas que juzgan insuficientes. Aunque reconoció que el estado de emergencia redujo algo la delincuencia, admitió que los resultados están lejos de lo esperado: “Nosotros hubiésemos querido tener resultados más reales... pero creemos que se están dando acciones”.

La situación crítica también fue subrayada por Martín Ojeda, de la Cámara Internacional de Transporte, quien aseguró que los casos de extorsión “se han desbordado”.

Exigió un encuentro directo con Jeri antes de “medidas radicales” y lanzó una advertencia contundente: “Si le hacemos una huelga de cuarenta y ocho horas, no creo que dure su gobierno”.

Mientras los dirigentes preparan una reunión descentralizada con el ministro del Interior, Vicente Tiburcio, insisten en que el diálogo aún puede evitar el paro. Pero remarcan que todo dependerá de la respuesta -o la falta de ella- del Ejecutivo.