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Sigue manipulando a la Justicia

VIDEO | ¡Qué casualidad!: el Tribunal Constitucional congeló las investigaciones contra Dina Boluarte hasta el 2026

El Tribunal Constitucional suspende hasta julio de 2026 todas las investigaciones contra Boluarte, protegiéndola de casos como las muertes en protestas de 2022 y el escándalo de los relojes de lujo. (Dibujo: NOVA)

El Tribunal Constitucional (TC) de Perú ha decidido darle un respiro inmerecido a la presidenta Dina Boluarte, al ordenar la suspensión de todas las investigaciones en su contra hasta el 28 de julio de 2026, cuando termine su accidentado mandato.

La resolución, publicada el martes en la web del TC, es un salvavidas que blinda a Boluarte de rendir cuentas por ahora, mientras el país observa cómo la justicia se doblega ante tecnicismos legales que parecen diseñados para proteger a quien ostenta el poder.

La decisión llega tras un argumento de la defensa de Boluarte que, hábilmente, se ampara en el artículo 117 de la Constitución. Este señala que un presidente en funciones solo puede ser acusado por traición a la patria, impedir elecciones, disolver el Congreso o bloquear el funcionamiento del Congreso o del Tribunal Electoral. Como era de esperarse, ninguna de las ocho investigaciones preliminares abiertas por la fiscalía contra Boluarte encaja en esos delitos.

Entre los casos congelados están los más graves: su presunta responsabilidad en las muertes de civiles durante las protestas de 2022, que exigían su renuncia tras asumir el cargo en medio de una crisis política, y el escándalo de los relojes de lujo que, según las pesquisas, le fueron obsequiados por un gobernador a cambio de favores.

El TC, con una precisión quirúrgica que huele a encargo, dictaminó que las investigaciones “continuarán su trámite” solo cuando Boluarte deje el sillón presidencial. Mientras tanto, la fiscalía queda con las manos atadas: solo podrá tomarle declaraciones en el palacio presidencial, pedirle documentos o solicitar información, pero nada más.

Para procesarla penalmente, la fiscalía tendría que denunciarla ante el Congreso y esperar que este emita una resolución acusatoria, un trámite que, en el actual contexto político, suena a utopía.

La decisión es inapelable, y ni Boluarte ni la oposición han abierto la boca al respecto, dejando un silencio que retumba en un país donde la desconfianza en las instituciones crece como maleza.

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