La minería formal está en crisis debido a las trabas burocráticas y el auge del oro ilegal amenazan su futuro

La minería formal atraviesa un momento crítico, asfixiada por una burocracia que retrasa hasta 32 meses la aprobación de Estudios de Impacto Ambiental (EIA), ocho meses más que el promedio de 24 meses en América Latina, según Marcelo Santillana, gerente general de Compañía Minera Poderosa.
Este desfase, señalado en un foro del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), obstaculiza la incorporación de tecnologías y limita la competitividad del sector frente a un mercado global cada vez más exigente.
A la tramitología se suma la inseguridad. La minería ilegal, que mueve 3.000 millones de dólares al año, no solo evade regulaciones, sino que alimenta la violencia en regiones como Pataz y Madre de Dios, donde los ataques armados son cada vez más frecuentes.
Poderosa, por ejemplo, lleva seis años enfrentando actos delictivos que encarecen sus operaciones y frenan proyectos de innovación social y ambiental. Santillana identificó cinco barreras clave para la modernización del sector, siendo los permisos ambientales y la criminalidad los más urgentes. En paralelo, la suspensión del Registro Integral de Formalización Minera (REINFO), que afecta a más de 50.000 mineros informales, ha desatado bloqueos y tensiones.
Esta medida, lejos de resolver el problema, agrava la desconfianza en un sector que lucha por adaptarse a estándares globales. En medio de este panorama, iniciativas como el Sello PERUMIN a la Excelencia en Equidad de Género buscan un cambio estructural.
Karina Zevallos, presidenta del Programa de Equidad e Inclusión de PERUMIN 37, destacó que esta certificación promueve políticas inclusivas en las empresas mineras, alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
“No es solo cumplir, es inspirar y marcar la diferencia”, afirmó, subrayando el compromiso del sector con la equidad. Sin embargo, mientras el oro ilegal prospere y la burocracia persista, la minería formal seguirá atrapada en un círculo vicioso que amenaza su viabilidad y el desarrollo económico del país.