La tragedia se acentúa al analizar el perfil de las víctimas. Las 10 defunciones registradas este año corresponden a niños menores de 5 años, el grupo más vulnerable a esta enfermedad bacteriana altamente contagiosa.

Según datos del Centro Nacional de Epidemiología, nueve de estos fallecimientos ocurrieron en Loreto y uno en Lima Metropolitana, afectando a siete varones y tres niñas, todos sin el esquema completo de vacunación. Este hecho subraya la negligencia en las políticas de inmunización, que han fallado en proteger a los más pequeños.

La precaria cobertura de vacunación en regiones críticas agrava aún más el panorama. Loreto, epicentro del brote, reporta un ínfimo 27,2 por ciento de inmunización, mientras que Puno registra el nivel más bajo del país, con apenas un 25,5 por ciento.

Otras regiones no superan el 37,1 por ciento, según el Sistema de Información HIS-MINSA. Estas cifras evidencian un abandono sistemático por parte del Ministerio de Salud, cuya gestión no ha logrado garantizar la protección de la población infantil frente a una enfermedad prevenible.

La advertencia de César Munayco, director del Centro Nacional de Epidemiología, resuena como un recordatorio de la urgencia: los menores de dos años enfrentan el mayor riesgo de desarrollar cuadros graves y mortales. Sin embargo, la respuesta gubernamental sigue siendo insuficiente, dejando al descubierto una planificación sanitaria deficiente que pone en peligro la vida de cientos de niños en el país.