Esta revelación contradice las declaraciones del Gabinete Ministerial, que en bloque negó que Boluarte hubiera solicitado el aumento. Por ejemplo, la ministra de Cultura, Leslie Urteaga, afirmó en televisión que la propuesta respondía a un informe técnico del MEF y a la implementación de la Ley Servir.

Sin embargo, el documento demuestra que la iniciativa provino directamente del entorno de la presidenta, desmontando la narrativa oficial y exponiendo una acción impulsada desde la cúspide del poder.

A raíz de la difusión de esta información, la PCM clasificó el expediente como "confidencial" y se negó a entregarlo al programa Panorama. Esta decisión buscaba ocultar la cadena de oficios que señalaban directamente a la jefa de Estado.

La confidencialidad no estaba justificada por motivos de seguridad nacional, sino que parecía destinada a proteger el prestigio político de Boluarte, en un momento marcado por una crisis de inseguridad ciudadana y niveles históricos de desaprobación.

La noticia generó una fuerte reacción en Palacio de Gobierno. Según fuentes internas, la presidenta se encontraba viendo televisión cuando su asesora y amiga, Carmen Giordano, le comunicó la filtración del documento.

Boluarte, visiblemente alterada, estalló en cólera, al punto de que se le pidió agua de azahar para calmarla, aunque dejó caer la infusión al suelo. La mandataria ordenó un rastreo digital de los funcionarios con acceso al expediente y exigió despidos en la PCM y el MEF.

Al día siguiente, en una declaración pública, Boluarte no pudo ocultar su molestia y afirmó que “le habían hecho la vida cuadritos”. Sus palabras reflejaron la tensión que se vive en Palacio tras la revelación de una solicitud que ha generado controversia en un contexto de desafíos sociales y políticos para su gestión.