Pero la Presidenta no fue la única que se llevó su ración de fuego. Medina descalificó sin piedad al ministro del Interior Juan José Santiváñez, a quien tildó de "incapaz en la materia", porque la inseguridad se le fue de las manos.

“Santiváñez ha demostrado ser un incapaz, no está a la altura de las circunstancias”, dijo, mientras los ciudadanos siguen siendo carne de cañón de los delincuentes.

Y como si fuera poco, también le tocó su merecido al Congreso, ese nido de "alianzas bajas" donde los congresistas "angurrientos" no hacen más que atornillarse a sus curules sin mover un dedo por la seguridad del país.

“Esos congresistas que nunca en su vida tuvieron nada y ahora no quieren soltar la mamadera”, disparó Medina, evidenciando el descaro con el que ignoran los problemas reales del Perú.

El asesinato de Paul Flores no solo dejó una familia y a sus compañeros de orquesta sumidos en el dolor, sino que también demostró que el país es tierra de nadie, donde los delincuentes hacen lo que les da la gana, mientras Boluarte sigue más preocupada en sus relojes Rolex que en gobernar.

Si algo dejó claro Magaly Medina es que los peruanos están hartos de esta gestión de pacotilla. Boluarte, Santiváñez y el Congreso no protegen a nadie, y si siguen así, la próxima marcha no será para pedir reformas, sino para exigir que se larguen de una vez.