Boluarte, quien fue ministra de Desarrollo e Inclusión Social en el gobierno de Pedro Castillo, es señalada por haber favorecido a la empresa Frigoinca con contratos millonarios para la distribución de conservas que, en lugar de carne de vaca, contenían carne de caballo y otros productos no aptos para el consumo humano. En total, la firma recibió más de 4,7 millones de soles (aproximadamente 1,28 millones de dólares) para envenenar a los escolares peruanos con comida en condiciones deplorables.

El escándalo explotó en noviembre de 2024, cuando investigaciones periodísticas destaparon que Qali Warma distribuía alimentos contaminados con hongos y carne podrida.

La indignación creció al conocerse testimonios de extrabajadores de Frigoinca, quienes confirmaron que la empresa despachaba productos en estado deplorable mientras el gobierno miraba para otro lado. Como si esto fuera poco, el dueño de la empresa, Nilo Burga, fue encontrado muerto en un hotel de Lima en diciembre de 2024, lo que sumó un toque de misterio digno de una novela de corrupción y crimen.

La respuesta del gobierno ha sido, como de costumbre, un intento desesperado de lavarse las manos. Dina Boluarte renovó su gabinete por séptima vez en dos años, creyendo que con un cambio de nombres la gente olvidará el desastre.

Mientras tanto, el Poder Judicial ha impuesto restricciones de salida del país a varios implicados, incluido el portavoz presidencial, Fredy Hinojosa, y el exministro de Desarrollo e Inclusión Social, Julio Demartini.

Para calmar el escándalo, el gobierno anunció la eliminación del programa Qali Warma y su reemplazo por Wasi Mikuna, como si un simple cambio de nombre pudiera borrar la negligencia criminal de las autoridades. Sin embargo, la indignación persiste, y organismos internacionales como la ONU han exigido que se castigue a los responsables.

Con miles de niños afectados, un gobierno tambaleante y un hedor a corrupción que se siente a kilómetros, el caso de Qali Warma se inscribe como uno de los mayores bochornos de la historia reciente del país.

Dina Boluarte podrá seguir evadiendo preguntas y cambiando ministros, pero el pueblo peruano no olvidará que su gobierno permitió que miles de niños fueran intoxicados con comida podrida.