El ministro de Defensa, Walter Astudillo, justificó el cierre de Legado argumentando una supuesta “superposición de funciones” con el IPD. Sin embargo, este razonamiento ignora el trabajo eficiente que el organismo ha desarrollado desde su creación, asegurando el mantenimiento de la infraestructura y la organización de eventos nacionales e internacionales.

El ex presidente del Comité Organizador de los Juegos Panamericanos, Carlos Neuhaus, fue tajante al advertir que la eliminación de Legado representa un grave retroceso para el deporte.

Según él, la gestión especializada del organismo ha permitido la realización de más de 900 eventos deportivos, además de garantizar que las sedes de Lima 2019 se mantengan en condiciones óptimas. Con la transferencia de estas instalaciones al IPD, que ha demostrado ineficiencia en la administración de otros complejos deportivos, el riesgo de abandono y deterioro es inminente.

“El Proyecto Legado ha beneficiado a 144 000 niños con talleres deportivos y ha organizado 772 eventos nacionales y 177 internacionales, incluyendo campeonatos mundiales. Todo esto ha sido posible porque las sedes están bien administradas. No se ha realizado un análisis serio sobre el impacto de su eliminación”, señaló Neuhaus en una entrevista con RPP.

Lejos de fortalecer el ecosistema deportivo en el país, el gobierno de Boluarte pone en peligro el desarrollo de miles de atletas y jóvenes que han encontrado en estas instalaciones un espacio de formación y crecimiento. Además, deja en incertidumbre la preparación de Perú para los Juegos Panamericanos 2027, cuya infraestructura depende en gran medida de una gestión eficiente.

El cierre del Proyecto Legado se suma a una serie de decisiones improvisadas y sin sustento técnico por parte del Ejecutivo, afectando no solo al deporte, sino también al desarrollo social y la imagen del país como sede de eventos internacionales.

La falta de un plan claro para la administración de estas instalaciones podría condenarlas al deterioro y la subutilización, repitiendo la triste historia de otras obras deportivas que terminaron abandonadas por la incompetencia gubernamental.