Estas declaraciones se dan en un contexto de creciente desaprobación hacia la presidenta Dina Boluarte, quien, según la última encuesta de Datum, cuenta con un 94 por ciento de rechazo, la cifra más alta registrada para un mandatario a nivel mundial. Pese a los esfuerzos de los ministros por minimizar el impacto de estas cifras, la incapacidad del gobierno para generar confianza parece haberse convertido en un tema ineludible.

Además, Adrianzén evitó referirse a las denuncias que enfrentan tanto la presidenta como su entorno. Entre ellas destacan acusaciones de corrupción, como el caso Rolex, y señalamientos por presuntas violaciones a los derechos humanos durante las protestas al inicio de su gestión.

Caso Nicanor Boluarte: un nuevo escándalo para el Ejecutivo

La situación del gobierno se complica aún más con la orden de prisión preventiva contra Nicanor Boluarte, hermano de la mandataria, acusado de pertenecer a una organización criminal vinculada al caso “Waykis en la Sombra”. Según la Fiscalía, esta red habría utilizado a prefectos y subprefectos para la inscripción irregular del partido político ‘Ciudadanos por el Perú’.

El juez Richard Concepción Carhuancho dictó 36 meses de prisión preventiva contra Nicanor Boluarte y otros implicados, aunque el hermano de la presidenta se encuentra actualmente en la clandestinidad.

Adrianzén calificó esta situación como un intento de desestabilización política contra Dina Boluarte. “Hay una afiebrada idea de que existe una organización criminal, y a partir de eso se pretende promover una presunta incapacidad moral que podría conducir a su vacancia”, afirmó.

Asimismo, el premier aseguró que la mandataria no tiene vínculos con las acusaciones contra su hermano y expresó su solidaridad, criticando lo que consideró una “judicialización de la política”. Pese a los cuestionamientos, resaltó que Boluarte sigue cumpliendo con sus responsabilidades gubernamentales.

Mientras tanto, la presidenta ha evitado responder con claridad sobre este y otros temas. Desde que se destapó el caso Rolex, sus apariciones ante la prensa han sido limitadas, y durante las pocas conferencias realizadas, ha evadido preguntas y mostrado una actitud confrontacional hacia los periodistas.

Con una aprobación en mínimos históricos y nuevos escándalos a la vista, el gobierno de Dina Boluarte enfrenta un panorama cada vez más complicado, tanto a nivel político como en la percepción ciudadana.