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Participán artistas, comunicadores y activistas

Prohibido olvidar: impulsan una campaña en Lima para recordar a los muertos durante las protestas contra Boluarte

La represión desatada por el Gobierno de Dina Boluarte le costó la vida a decenas de personas.

El fotógrafo y realizador audiovisual Mario Colán está detrás de una campaña que ha reunido a medio centenar de artistas, comunicadores y activistas para interpelar a la indiferencia.

Esa revista que no existe —pero que lleva en primera plana a cuerpos desangrados, impactados por perdigones o armas de fuego, en agonía o en trance—, esa revista que tiene 50 portadas distintas —cada una de las cuales contiene la biografía de una vida perdida por la represión en protestas— apareció esta semana en las calles de los distritos más acomodados de Lima y en algunos supermercados.

“No fue casualidad. Solo hace un año había estallado esta ola de manifestaciones que pedía la renuncia de Dina Boluarte y el adelanto de elecciones. 50 personas murieron por uso indiscriminado de la fuerza, pero es como si no pasara nada —dice el fotógrafo y realizador audiovisual Mario Colán—. Es como si se quisiera pasar la página porque, bueno, no fueron limeños, sino indígenas, mestizos. Entonces, no importan un carajo. Me indigna esa sensación”.

Colán dialogó con el medio Infobae este miércoles, cinco meses después de idear la campaña ‘¿De qué color son tus muertos?’, que ha reunido a actores, comunicadores, intelectuales y activistas para interpelar la desidia y demandar justicia por los hechos de sangre que devinieron en una denuncia constitucional contra la mandataria.

La serie de fotografías, incluidas en portadas de una falsa revista llamada ‘Casos’, se ha hecho pública la misma semana en que Amnistía Internacional ha pedido al Perú “saber la verdad” sobre la violencia de Estado “antes de que sea demasiado tarde”. Parece un asunto lejano en un país donde las investigaciones sobre muertes de civiles desarmados en protestas se abren cuando atraen titulares, solo para ser cerradas después, en silencio, mientras que los funcionarios a menudo alegan falta de evidencia.

En todo este tiempo, Boluarte ascendió a su exministro de Defensa, Alberto Otárola, al jefe de Gabinete. El Ejecutivo ha descrito el manejo de la Policía Nacional (PNP) como “impecable”. Y la suspendida fiscal de la Nación, Patricia Benavides, apartó de las pesquisas a fiscales especializados en violaciones de derechos y trasladó los casos de las zonas rurales a Lima, lo que dificulta que los miembros de la familia monitoreen su progreso.

“El fin de esta campaña es provocar a los conservadores jugando con el nombre de ‘Cosas’, una revista asociada a la élite o a un público que aspira a la pituquería que, coincidentemente, insiste en esa narrativa de que los manifestantes son terrucos o azuzadores, cuando la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha hallado ejecuciones extrajudiciales y masacres”, señala Colan.

El proyecto partió en julio de este año, en los tres meses siguientes se realizaron las sesiones fotográficas y en noviembre estuvieron listas las 50 portadas que terminaron expuestas en las jurisdicciones con mayor recaudación tributaria de la capital (Miraflores, Surco y San Isidro), además de San Borja, Barranco, Monterrico.

“‘¿De qué color son tus muertos?’ se ha realizado bajo el paraguas de otra campaña similar, ‘Nos faltan 50′, liderada por la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH). Hemos elegido a gente blanca, privilegiada, limeña, porque a ellos no les pasa, no les pasaría, una cosa similar. Les pasa a los de siempre. Y esto no es un tema de derecha o izquierda —remarca—. Es una cuestión mayúscula, un mandamiento: no se mata”.

Para realizar este trabajo de largo aliento, el fotógrafo revisó las necropsias de las víctimas, documentó sus hojas de vida, supo de los sueños que les fueron arrebatados por impactos directos de las fuerzas de seguridad. El actor Lucho Cáceres, uno de los primeros en sumarse a la iniciativa, ocupa la portada en memoria de Rosalino Flórez, estudiante de gastronomía nacido en Cusco.

En enero pasado, cuando huía para ponerse a buen recaudo en medio de una protesta, recibió 36 perdigones por la espalda, de modo que fue llevado a la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital local Antonio Lorena. Por la gravedad de sus heridas, los médicos dispusieron su evacuación al nosocomio Arzobispo Loayza de Lima, donde murió dos meses después.

“Mi hermano vino a apoyar a los heridos, a los asfixiados que estaban con las bombas lacrimógenas, él no llevaba nada de armas, ni de piedras en la mano, y le dispararon”, declaró Juan José Flores a Ojo Público, un relato que corroboran las cámaras de vigilancia.

Por este caso, el Equipo Especial para casos con víctimas durante las protestas sociales (EFICAVIP) del Ministerio Público ha solicitado prisión preventiva contra el suboficial Joe Torres Lovón, sindicado como “autor directo” del crimen, y comparecencia con restricciones e impedimento de salida del país contra el coronel Edson Cerrón Lazo, jefe de la División de Orden Público y Seguridad en Cusco, imputado por comisión por omisión (u omisión impropia).

Es una de las historias que aparece en la web del proyecto, que ya lleva más de 20 mil visitas en dos días. “Es, también, un repositorio para que no se trastoque este episodio sangriento, como intenta el Gobierno. Cualquiera que entre al portal podrá conocer quiénes eran esas 50 personas que nos faltan, qué soñaban, qué hacían cuando les arrebataron la vida. Quizá con eso podamos generar un poco de empatía para exigir que ningún caso quede impune”, insiste Colán.

La campaña también prevé la inauguración de una muestra fotográfica ―como herramienta de reflexión y crítica social— que abrirá sus puertas el próximo lunes en Miraflores, hasta enero de 2024. “Uno no puede permanecer indolente como si no pasara un carajo —apunta el realizador—, por eso hay que continuar en la causa”.

Hace un día, la actriz Tatiana Astengo publicó la portada que protagoniza en memoria de José Luis Aguilar, un padre de familia que volvía a casa, en diciembre de 2022, cuando recibió un disparo en la cabeza, cerca del aeropuerto de Ayacucho. No participaba en las protestas. Era sobrino nieto de una sobreviviente del periodo de violencia en los 80.

La viuda de José Luis le envió una imagen que esta mañana licuó en llanto al fotógrafo detrás de esta gesta. “Así ha sido ese proceso —dice Colán al otro lado de la línea—, lágrimas, abrazos, cólera. Perdóname, pero nadie merece morir así”. En la imagen recibida por Astengo, un niño besa una foto. La foto de su padre asesinado por la violencia de Estado.

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